Mauro Jaureguiberry: “Las derrotas son un trago amargo pero te motivan para lo que está por venir”
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Mauro Jaureguiberry: “Las derrotas son un trago amargo pero te motivan para lo que está por venir”

Mauro Jaureguiberry: “Las derrotas son un trago amargo pero te motivan para lo que está por venir”
Mauro Jaureguiberry ha besado el santo nada más llegar al OAR, ya que es el máximo goleador de la plantilla que dirige Marcos Rodríguez | Mónica Arcay

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Mauro Jaureguiberry (14 de mayo de 1997, Buenos Aires-Argentina) es el máximo goleador del Attica21 Hotels OAR Coruña en el Grupo A de la Primera Nacional.


El lateral derecho acumula 132 goles en los 19 partidos que ha disputado con la elástica del OAR. Esta situación es algo inesperada para él, puesto que no se esperaba tener tanto peso en el ataque.


Con todo, había algunos si que lo esperaban puesto que Mauro venía del Villa de Aranda, un equipo que milita en la División de Honor Plata. Pero, junto a su pareja decidió dejar el equipo “para buscar tranquilidad en una ciudad grande como Coruña”.

 

¿Cómo está siendo tu adaptación al OAR y a Coruña?
Muy bien. Por suerte, la ciudad ayuda muchísimo a la adaptación y sobre todo el clima que estamos teniendo. La gente es muy cercana. Tardamos muy poco en armar un muy bien grupo. Aparte, tenemos la suerte de que tengo de vecino a ‘Ciccio’ (Francesco Aragona). Siempre hacemos algo. Estamos todo el rato juntos y eso ayuda bastante a que me adapte mejor tanto a la ciudad como al equipo.

 

Buscábamos tranquilidad en una ciudad grande y apareció A Coruña

 

Vienes de jugar en la División de Honor Plata. ¿Qué te llevó a fichar por el OAR?
Es cierto que la temporada anterior estaba en Plata, en el Aranda de Duero, que es un pueblo más chico, viviendo con mi actual pareja. Entonces, al estar en un pueblo más chica a ella le costó más la vida allí por el tema de trabajo. Al final, yo voy a jugar a balonmano y ya está pero la gente que tiene una vida más normal, pues cuesta encontrar el trabajo de lo que uno estudia y eso le pasó a ella. Entonces, lo que buscábamos era un año de tranquilidad en una ciudad grande y apareció la oportunidad de venir a Coruña y no lo pensamos mucho.

 

¿Qué es lo que más te gusta de la ciudad?
Lo que más me gusta, hablando socialmente, es que es una ciudad muy grande. Tiene centro, playa y montaña. Tiene de todo. Para vivir es una ciudad que te ofrece de todo porque tiene mucho trabajo y también muchos sitios donde estudiar. Puedes hacer vida normal aparte del balonmano.

 

¿Y lo que menos?
Lo que menos me gusta son las lluvias recíprocas que hay (ríe). Cada dos días te llueve un ratito y te engaña el sol. Sales y a los cinco minutos te llueve, entonces no sabes muy bien como ir.

 

También echarás de menos tu Argentina.
Sí, sobre todo la comida. Eso es lo que más extraño de estar en casa.

 

El pasado fin de semana volviste a una de tus casas, ¿cómo fue esa sensación?
Es cierto que jugué en Lanzarote pero justo había llegado a mitad de temporada y poco después vino el Covid. Así que solo jugué seis partidos en normalidad y luego ya nos encerraron. Aún así fue una experiencia linda porque fue mi primera experiencia fuera de casa. Pero no estuve mucho tiempo. Estuve con gente que aprecio y que me ayudó mucho cuando era más joven. Me ayudaron a dar mis primeros pasos por Europa.

 

El Lanzarote fue mejor durante cincuenta minutos y merecieron ganar

 

La única pega fue no conseguir la victoria.
Sí. Ellos, al fin y al cabo, fueron mejores. Creo que en cincuenta minutos de sesenta fueron mejores y merecieron ganar.

 

A nivel individual tuviste una buena actuación, marcando 10 goles. ¿La derrota fue más amarga por esa situación?
Bueno, pero al fin y al cabo, cuando metes muchos goles y ganas, no es que estés el doble de contento (ríe). En la primera parte solo metí goles de penalti, no es que lo hice del todo bien. Tuve muchas pérdidas. Como te digo, yo tiro los penaltis y la cifra, siendo sincero, es, entrecomillas, mentirosa. Es cierto que hay que meter los penaltis pero no es como si fuesen de jugada. Tampoco digo: metí diez goles y perdimos, qué mal. Soy autocrítico y sé que no lo hice del todo bien.

 

Eso te confirma como el máximo goleador del equipo. ¿Era algo que buscabas?
No. La verdad es surgió. Yo no esperaba tirar los penaltis pero al principio de temporada, Marcos (Rodríguez, el entrenador del OAR) me lo pidió. Ahora llevo una buena racha pero a mitad de temporada estuve muy fallón. Toco madera para seguir esta buena racha (ríe). No me espera ser el máximo goleador pero es cierto que jugamos un poco más de izquierda para derecha y eso hace que nos toque finalizar a los zurdos. Entonces, se está dando esta casualidad.

 

Juego donde me pongan, pero extraño el jugar en la esquina como extremo

 

Puedes jugar como lateral derecho o como extremo. ¿Tienes alguna preferencia?
La verdad es que no (ríe). Yo juego donde me pongan. Esta es mi tercera temporada que juego como lateral y es más divertido porque estás más en contacto con el jugo, pero se extraña estar en la esquina. La tranquilidad del extremo no te la quita nadie.

 

¿En que faceta del juego crees que le puedes aportar más al equipo?
Tengo que aportar más intensidad en defensa. Por lo general, los equipos tienen los jugadores más importantes o los goleadores del lado en el que yo defiendo. Entonces, le tengo que meter más intensidad, agresividad y correr más. También tengo que ayudar más a Pablito Martínez, que lo tengo a mi lado. Es un chico joven con muchas condiciones y quiero ayudarlo para que siga mejorando. Para mi está haciendo una gran temporada pero siempre puedes mejorar.

 

Precisamente en la defensa es donde más destaca Miguel Simón. Junto a él, formas un gran tándem.
Sí. Tener a Miguel al lado ayuda mucho. Es una persona que te ayuda mucho. El sábado, cuando las cosas no salían, nos estuvo apoyando todo el rato. Siempre tiene las palabras exactas para decirte. Te levanta el ánimo. Cuando las cosas nos empezaron a salir, también vino y nos marcó el camino a seguir. No solo aporta como jugador sino como persona.

 

OAR Tejina Patricia G Fraga 22
Mauro Jaureguiberry vino del Villa de Aranda, de la División de Honor Plata | Patricia G. Fraga

 

Volviendo al equipo, la derrota en Lanzarote y el empate del Reconquista os relegan a la tercera posición. ¿Es algo que preocupa en el vestuario?
Al fin y al cabo, no. Quedan muchas jornadas. Si me dices que quedan tres jornadas y tenemos que hacer cuentas pues algo que sí que lo haría. Aun queda mucho por delante. De hecho, esta semana juegan entre ellos y por lógica una de ellos va a perder puntos. En dos semanas jugamos nosotros contra el Reconquista... Entonces, la ilusión no se pierde. Aparte, queremos la revancha contra el Reconquista y tiene que venir Teucro. Quedan partidos duros. Las derrotas son un trago amargo pero te motivan para lo que queda ya que dices: ya está, no puedo regalar nada más. Si estábamos dando del 100% pues ahora tenemos que dar más.

 

Entonces, ¿tenéis la sensación de que no podéis fallar en las jornadas que quedan?
Claro. Es eso. No puedes regalar nada ni medio balón porque no contábamos con esta derrota. Pero lo bueno es que juegan entre ellos y todavía nos quedan, como mínimo, dos mano a mano, y algún partido duro e importante como contra Carballal que nos ya nos ganó. Todavía quedan tres meses de temporada y aún hay tiempo para remontar.

 

La mejor forma de empezar esa remontada es ganar este fin de semana al Lalín.
Sí. Tenemos que ganar y aunque quede feo, mirar los resultados de los otros partidos. Alguno tiene que perder puntos o que empaten. Hay que mirar la tabla de posiciones. Aun que gane Reconquista, nosotros tenemos que volver a jugar contra ellos. Queda mucho pero lo más importante es que ganemos este próximo partido.

 

Nos sentimos muy cómodos jugando en casa porque es donde entrenamos

 

En San Francisco Javier estáis consiguiendo vuestros mejores resultados goleadores. ¿Cómo os influye jugar ante vuestro público?
Por lo que me contaba, la gente está muy animada este año. Te diría que en todos los partidos, menos en alguna fecha especial, el pabellón estaba lleno. También es donde entrenamos todos los días y nos sentimos muy cómodos. La gente no está acompañando mucho porque le gusta lo que hacemos. Así que nos dan mucha más confianza y hace que estemos más cómodos.

 

El OAR Coruña se caracteriza por ser una familia en todos los sentidos. ¿Ese buen rollo que hay en el grupo ayuda a los recién llegados a que os sintáis menos cohibidos por el cambio de equipo?
Sí. Este ambiente que hay te da la confianza suficiente para decirle a la persona que tienes al lado las cosas tal y como son. Al final, no todo es color de rosas. Cuando tienes que dar un tirón de orejas, la confianza ayuda mucho porque la otra persona sabe va sin maldad. Quieres que se ponga las pilas o que dé un poquito más para sacar su mejor versión. La buena onda ayuda para que nadie se lo tome mal. Siempre quieres que tus compañeros saquen su mejor versión, no solo para ellos sino también para que ayuden al equipo.

 

Los veteranos como el propio Miguel, Francesco Aragona o Kevin Dacosta también tendrán un papel importante...
Claro. Todos aportan desde su lugar. No es que te asignen un rol cuando llegas. Son cualidades de las personas. Cada uno apoya y empuja desde su rol. Si hay marcar que el vestuario tiene diferentes roles y cada uno aplica el rol que le toca. Nosotros, los nuevos, nos cuesta más aplicar ese rol de líderes porque es difícil siendo nuevo. Pero, como dije antes, esa confianza y buen ambiente que hay en el vestuario ayuda para decir las cosas buenas y las malas.

 

¿Confiáis en estar en la fase?
A mi no me gusta decir eso (ríe). Lo digo desde el primer día y no ahora que perdimos este fin de semana. A mi no me gusta decir eso igual que cuando se habla de donde va a ser la fase. Yo tengo una mentalidad más de partido a partido. Al final, perdimos puntos contra equipos que están mucho más abajo que nosotros. Entonces piensas que cómo puedo pensar en estar en una fase de ascenso si perdí puntos contra equipos que planean mantener la categoría.

 

Por último, ¿qué sueño tienes por cumplir?
Uf, es una pregunta complicada (ríe). Tengo muchos. Cuando llegué a España, lo hice con el sueño de jugar con la selección pero se fue desdibujando con el paso de los años. Eso es lo primero que se me viene a nivel individual. En cuanto al equipo, pues aspirar a llegar a la fase de ascenso. 

Mauro Jaureguiberry: “Las derrotas son un trago amargo pero te motivan para lo que está por venir”

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