El depor consiguió algo más que una victoria en Majadahonda. Tras dos empates, el equipo retomó la senda del triunfo y apuntaló el liderato. Además, apareció cuando más se le necesitaba un jugador como Yeremay, llamado a marcar la diferencia en situaciones como la de ayer.
El fútbol es un deporte de equipo, pero día a día y a todos los niveles nos demuestra lo importante que son las individualidades. Tener jugadores desequilibrantes puede ser la diferencia entre cero, uno o tres puntos.
Ahora que el Depor ha vuelto a ganar, no ha de olvidar que aún queda camino por recorrer. Hace poco comprobó lo fácil que era dejarse puntos por el camino después de una racha espectacular. Así que hay que seguir trabajando, con cautela pero con la confianza de saber que el equipo tiene recursos suficientes para conseguir el objetivo.
Cada vez falta menos. Y, tras superar la prueba de ayer, los de Idiakez han salido reforzados y sabiendo que, si las cosas se tuercen, hay un mago canario capaz de enderezar el rumbo
