Las secuelas de la Caja Mágica
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Las secuelas de la Caja Mágica

Las secuelas de la Caja Mágica
Andréi Rublev durante su partido frente al canadiense Félix Auger-Aliassime/EFE/Chema Moya

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El Masters 1000 de Madrid terminó por ser devastador para el cuadro individual masculino que, por lesiones o por simple precaución por lo que viene en el calendario, perdió tramo a tramo a algunos de sus principales referentes, a grandes reclamos en el circuito que se cayeron del cuadro hasta provocar una final inesperada entre el ruso Andrey Rublev y el canadiense Felix Auger Aliassime que terminó por coronar al europeo en una final sin precedentes.


En la pista central de la Caja Mágica que en los dos últimos años había catapultado hacia el primer plano del tenis mundial a Carlos Alcaraz pujaron por el trono dos actores de protagonismo limitado. Rublev es habitual en la parte alta del ránking pero no termina de explotar con un triunfo sonoro la proyección que aventura su gran talento.


A la sombra en ocasiones de Daniil Medvedev, frecuente en la puja por los Grand Slam, aspirante hasta el último momento, Rublev erige su carrera con numerosos títulos -dieciséis con este de Madrid- pero solo dos de lustre, de categoría Masters 1000 con el que suma en la Caja Mágica. No hay grandes noticias de él en los Grand Slam aunque presume también de un éxito con su selección en una Copa Davis.


Felix Auger Aliassime regresó al primer plano, realzó en la Caja Mágica cuando apenas se esperaba. Se había desinflado el jugador de Montreal en su día llamado a formar parte de la élite, instalado en el top ten del ránking mundial que cayó en el olvido por los contratiempos físicos y el bajón en el juego.


Sin embargo, al canadiense, que progresó con discreción en el cuadro, se le abrió una de las grandes ocasiones de su vida. Fue casi el gran beneficiado de un torneo que dejó damnificados físicos, el evento de las retiradas, de los maltrechos. Fueron las secuelas que dejó la Caja Mágica.


El más llamativo, el italiano Jannik Sinner, el número dos del mundo que llegó al evento ya dañado, como uno de los favoritos, en medio de un año impecable pero lastrado por la dolencia en la cadera que sufrió en el Masters 1000 de Montecarlo, frente a Stefanos Tsitsipas y que acabó por hundirle en Madrid.


Sacó a duras penas Sinner choques como el del ruso Pavel LKotov o el del ruso Karen Khachanov, que necesitó de los tres sets. Y ya no dio más de sí. No compareció en el choque de cuartos frente a Auger Aliassime. Ahora, ha rechazado jugar en Roma y ha dejado entrever las dudas en Roland Garros.

 

Alcaraz 

También salió malparado Carlos Alcaraz. Defendió la corona lograda en los dos últimos años con una dolencia en el antebrazo derecho que no pudo disimular. Jugó cada partido con un manguito de protección. Dio el tono el jugador pero aflojó en cuartos, frente a Rublev. No lo dijo pero el número tres del mundo se resintió de la lesión. No estará en Roma.


Antes, el checo Jakub Mensik ya dejó a medias su partido contra Auger Aliassime que se vio otra vez beneficiado. Asumió su adiós al torneo el checo al inicio del segundo set, a los 37 minutos, dañado en el codo derecho. Pero el tramo final de la competición, los últimos duelos, fueron aún peor.


Daniil Medvedev, que era el tercer favorito, gran atractivo del evento por su mejoría en tierra, se retiró del encuentro por una dolencia en el aductor derecho ante el checo Jiri Lehecka. Es baja para Roma también el campeón del Foro Itálico el pasado curso.


Y después le ocurrió al propio Lehecka, por primera vez en unas semifinales de un Masters 1000. El gran momento de su carrera. Una dolencia en la espalda le dejó fuera de combate en el escalón anterior a la final. Aliassime, otra vez, el gran beneficiado. El checo es también baja para el Masters 1000 italiano que empieza esta semana.

 

Dobles

El dobles también se vio afectado. Nada más ser proclamados números uno del mundo el español Marcel Granollers y el argentino Horacio Zeballos, se vieron en semifinales. Pero acabó mal el sudamericano y el dueto se quedó fuera de la carrera por el título que ya había logrado años atrás.


El aroma de antaño planeó la Caja Mágica. El recuerdo de las primeras ediciones, de la del 2002, aún en el Rockodromo de la Casa de Campo, en pista dura. Cuando el estadounidense Andre Agassi se proclamó campeón por la incomparecencia por lesión del checo Jiri Novak. No se dio el caso, hubo final y hubo campeón, pero los caídos estuvieron cerca.


Montecarlo, Madrid, Roma, Roland Garros, Los Juegos Olímpicos.. forman parte de un tramo del curso, intenso, sobre tierra. Y los jugadores lo sienten y lo acusan. Contemplan el devenir y calculan esfuerzos y calibran retos.


Rublev, campeón, mantuvo el tipo. Auger Aliassime fue tratado en el último set, en cada intercambio, masajes en los muslos. Rublev superó una gripe. Resistió, y se convierte en el primer tenista que consigue coronarse en Madrid tanto en la competición individual como en el circuito de dobles después de que saliera campeón con Karen Khachanov el pasado año, en parejas.


Andrey Rublev, que consiguió su segundo MAsters 1000, es el décimo campeón del torneo madrileño. El segundo ruso en alzarse al trono tras Marat Safin en el 2004, se convirtió en heredero de Carlos Alcaraz, el rey del evento en las dos ediciones anteriores. 

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