Bruno Saavedra, el arma secreta del Deportivo Liceo
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Bruno Saavedra, el arma secreta del Deportivo Liceo

Bruno Saavedra, el arma secreta del Deportivo Liceo
Bruno Saavedra posa para nuestra fotógrafa junto a la portería en el Palacio de Riazor | Patricia G. Fraga

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Fue el indiscutible protagonista del Liceo-Voltregà. 203 días después de su último partido volvió por la puerta grande: anotó dos goles en la remontada frustrada del equipo coruñés. Bruno Saavedra Rodríguez (17 de mayo de 2005, Santiago de Compostela) llegó el pasado verano como un fichaje de futuro, firmó por tres temporadas, hasta junio de 2026, pero ya es presente del proyecto verde y blanco.

 

Bruno pisó por vez primera el parqué de Riazor desde el pasado septiembre cuando faltaban 10:32 para el final del primer tiempo, con 0-1 en el marcador. Necesitó poco para crear peligro: un pase de gol que Sito Ricart estrelló en el poste y un disparo que se fue desviado por poco. Se dejó lo mejor para el segundo tiempo.

 

Volvió a la cancha a 13:57 de la bocina, con 1-3 en el marcador, y ya no dejó la pista. Vertiginoso y con el gol entre ceja y ceja, Saavedra insistió hasta encontrar la portería rival. Le puso un bloqueo a Fabri Ciocale, que le dio la bola en el área y el ‘13’ no falló.

 

Lo celebró con todas las ganas del mundo, las que tenía de volver a vestirse de corto, pero no se descentró. Un minuto después recibió la bola de espaldas, se dio la vuelta y clavó un palazo a la escuadra. 4-3. El liceísmo ya tiene un nuevo héroe, aunque otro ex, Àlex Rodríguez frustró la remontada a 26 segundos del final.

 

Pensaba en tirar a la portería, no tuve tiempo para pensar dónde la quería poner


“No tuve muchos minutos, pero era lo esperado porque no estoy en forma para jugar tanto, pero el tiempo que estuve en pista lo hice muy bien”, admite con un halo de cierta timidez y modestia, “estoy muy contento”, sonríe. En el segundo “pensaba básicamente en tirar a portería, no tuve tiempo para pensar dónde la quería poner”, añade. Y la puso en el ángulo. Un golazo.

 

La vuelta de Bruno se hizo esperar. Después de jugar tres partidos con el Liceo, las semifinales y la final de la Supercopa y la jornada 1 de la OK Liga, los servicios médicos detectaron una fractura de escafoides en la muñeca izquierda. “Me dijeron que llevaba roto un tiempo, como mínimo diez meses. Yo me di cuenta en la final de la Supercopa contra el Barcelona, el detonante del dolor”, detalla.


Operado el 14 de octubre, pasó por un largo proceso de recuperación. “Fue un palo duro, complicado de asumir. Intenté esforzarme lo máximo posible para no perder la forma: algo de bici, cuando ya me dejaron algo de gimnasio, trabajo de fuerza… Como al principio tenía el yeso, no podía ni coger el stick, pero hice algunos ejercicios rematando con una mano para no perder el toque. Era muy complicado y tenía que tener cuidado de que no se hinchara”, recuerda.

 

Me dijeron que el escafoides llevaba roto un tiempo, mínimo diez meses, fue un palo duro

 

Los principales apoyos de Saavedra durante la rehabilitación, además de su familia, fueron Jacobo Copa (amigo y excompañero en el Dominicos y en las selecciones españolas sub-17 y sub-19): “Jaco fue uno de los que más me apoyó, pero todo el equipo estuvo a mi lado, sobre todo Christian [Costoya, fisioterapeuta] y Gudy [Marc Godayol, preparador físico], los que más me ayudaron en el proceso”.

 

Bruno, con menor carga de partidos que sus compañeros y rivales, puede ser el arma secreta del Liceo en los playoffs por el título de la OK Liga que se iniciarán en mayo: “Es como si hubiera hecho una pretemporada. No es que llegue más fresco o en mi mejor forma, pero estoy preparado y con muchas ganas. El sábado me sentí mejor de lo esperado”, celebra.

 

De vuelta a los entrenamientos de manera progresiva desde marzo, el domingo jugó como si llevara toda la vida haciéndolo junto a sus nuevos compañeros en el Liceo: “A la mayoría ya los conocía y el tiempo que estuve lesionado venía a los entrenos, estaba con ellos, en dinámica de equipo pero sin entrenar. Aunque no jugaba, seguía teniendo ese feeling”, desvela el santiagués.

 

Estaba en Reus cuando ganaron la última OK Liga y me dije que sería brutal poder vivir lo mismo

 

La adaptación quizá fue más fácil porque Bruno es liceísta y no tuvo ninguna duda en fichar por el equipo coruñés cuando recibió su llamada: “Yo estaba en Reus cuando ganaron la última OK Liga [junio de 2022] y me dije que sería brutal estar ahí y poder vivir lo mismo. Es cierto que tuve más ofertas, pero mi objetivo era jugar en el Liceo. Es un orgullo y estoy muy contento de haber tenido la oportunidad de jugar en el club por excelencia en Galicia”, revela.

 

Desde fuera ya se fijaba en Dava Torres y César Carballeira, los capitanes ‘koruños’ y transmisores del famoso ADN verdiblanco: “Son los dos que manejan el equipo en la pista y estoy muy contento de poder compartir vestuario con ellos. Me ayudan y me dan consejos cuando ven que hago algo mal”, agradece Saavedra, que ha descubierto también la versión entrenador de Juan Copa: “Es la misma persona, pero mucho más serio”, reconoce.

 

Con el billete a playoffs en el bolsillo, el Liceo y Bruno defenderán su tercera plaza en los dos últimos partidos de la fase regular, el domingo en Alcoi (18.30 horas) y el domingo 5 de mayo contra el Noia en el Palacio de Riazor (12.00).

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